sábado, 25 de mayo de 2013

Dimitri por el mundo Kedada Zona Zero 2013: El viaje.

Todo comenzó un día en el que escuché hablar de la Kedada Zona Cero, me gustó el concepto de pasar varios días en el Paraiso, quiero decir, en el Pirineo, así que ya lo tenía decidido, este año de excursión a Ainsa, ahora solo faltaba engañar a gente para que me acompañe en mi aventurilla.
Hablando y hablando conseguimos formar un grupillo de 6 al que nos uniriamos al grupo principal de Naranjitos Factory Team. En la unidad móvil número dos teníamos al volante a Dimitri, copilotado por Perico y Francis.

Tras semanas de espera llega el día D, quedo con Perico a las 8 (8:20 en mi reloj interno), empaquetamos todo y vemos que va a ser un autentico Tetris guardarlo todo. Coche empaquetado, nivel 2 superado. Enfilamos rumbo hacía Truijillo, con la enorme ayuda de Sonia, nuestro amado GPS. El viaje transcurría con total normalidad hasta que Sonia decide ponerle un puntito de emoción a la cosa y nos hace dar un rodeo de más o menos 100 km, con razón decíamos que Trujillo estaba lejos. Lo único que se salvó de este error es que el desayuno que nos metimos fue espectacular, una buena tostada con tomate y jamón del bueno bueno.
Tras 4 horas y pico de viaje llegamos a casa Francis, el cual está preparado porque en una maniobra de estrategia pura, le dijimos que ya estábamos llegando a Trujillo cuando aún nos faltaba unos nada despreciables 125 km. Ahora es cuando comienza en nivel 3 de Tetris. Sacamos todo con excepción de las bicis del para poder meter el equipaje de Francis, una camel por aquí, un casco por allí, que si esto no cierra... por mis huevos que cierra, y efectivamente cerró.
Ya lo tenemos hecho, no nos queda na de na, ya hemos hecho lo peor del viaje, solo nos quedan 650 km y atravesar la temida Madríd. Una vez llegamos a Madríd nuestros temores se confirman, hay atasco, así que filosofía. Menos mal que en buena compañía el tiempo se pasa más rápido. Atravesamos Madrid y decidimos comer de mantel en Guadalajara.
Comidita rápida y otra vez al huevo de viaje. Poquito a poco nos acercamos a nuestro destino, ya pasamos de Sonia, que nos intenta convencer con psicología de mujer, haciendo creer que nosotros llevamos razón, pero a poco que nos descuidamos ¡¡¡ZASCA!!! nos vuelve a llevar por la ruta que a ella le interesa. Por fin llegamos a Ainsa, ¡¡¡bien!!! Dejo a Perico en su hostal, yo me estoy meando a cuerno salgo a mear y cuando vuelvo... otro ¡¡¡ZASCA!!! recectón de ilustrisimo cuerpo benemérito que me llevo para Córdoba, el viajecito ha ido bien, resumiendo, 100 km de más por las carreteras secundarias de extremadura, atasco en Madríd de 30 min quietecitos, una lluvia incesante que nos acompañó a lo largo de todo el viaje (creo que escampó solo en 5 minutos de 13 horas de viaje) y como colofón recetaca de la GC.
Descargamos el material, nos calamos hasta los huesos, y una vez instalados vamos al pabellón deportivo para recoger nuestros regalitos. Ya para rematar el día bajo la ventanilla de mi Calfroneta y luego... pues me dice que me suba yo que ella si eso pasa del tema. Mejor será que me acueste porque como siga despierto lo mismo me cae un relámpago en lo alto.
Llegamos de nuevo al albergue para comer algo y sobar a pierna suelta, en un truco de magia que ya quisiera el Dynamo ese, Raúl hace que 3 empanadas se transformen en 1 sola, increible!!! Bocadillo de ternasco recomendado por Álvaro Páter y tirando para dormir que ya es hora. Mañana toca un día de enduro del bueno...