miércoles, 21 de mayo de 2014

Dimitri por el mundo: Zona Zero 2014- El viaje


Pues como hace un año, decidí que allí tenía que ir de nuevo, la visita al paraíso siempre es ansiada, y desde el año pasado no hacía más que pensar en volver a rodar por aquellos dominios norteños, tan distintos a mi tierra adoptiva, a volver a pegarme peonadas de casi 10 horas de bici, para poder conquistar, junto con mis compañeros, todas las bajadas posibles y todas las cumbres alcanzables mediante el pedal.

Tras un sondeo inicial entre todos mis compañeros estaba claro, los NFT iban en masa, Perico y Francis también se unían a la causa y un dubitativo Yorch estaba entre Pinto y Valdemoro deshojando su margarita día a día. Así que lo teníamos claro, nos uníamos al excelente grupo de élite de los Naranjitos Factory Team, y también lo sabiamos, lo íbamos a pasar bien, pero también íbamos a pasar un rato malo por esos cuestones pirenáicos, así que a hacerse con la montura tocaba, dejar de lado tanta carretera y ralilleo, y ponerse serio con mi fiel Crocky Mountain, un jierro de 19 kg forjado en el monte del destino, que de vez en cuando tiene vida propia y decide descabalgar al jinete, así porque sí.

Ya estaba todo listo, día marcado, miércoles 14 de mayo, así que tras un poquito de pedal con mi corcel llegaba el 13 de mayo. Todas las tareas hechas, todos los repuestos comprados, herramientas listas, todo todito todo. Había quedado con Perico en que me iba a traer su buga, que tenía bola, y así podríamos ir más cómodos los 3 habitantes del coche. Lo recibo y tras recoger el coche, y de vuelta a mi casa, me llama Perico diciendo que Francis se echa para atrás, que vuelva para dejar el coche y nos vamos con el mio que gasta menos, trastoque de planes de última hora, normal, esto no nos puede salir a la primera jajajaja. Por cierto, ya te vale Francis (sin acritud jajaja).

14 de mayo de 2014, el día se despierta con normalidad, compra de viandas de última hora, desmontaje del Pichachu y carga del mismo, recogida de Perico fijada a las 14:30. Es llegar a casa de Perico y el primer sobresalto, la pantalla del ordenador de abordo del Picachu palma, viaje de 2000 km sin telemetría, tampoco es que sirva de mucho, pero lo justo para desconcentrarme durante el primer stint del viaje. La estrategia estaba trazada, 1 parada, stint largo con neumáticos duros, y una segunda parte con neumáticos blandos y cambio de piloto.

Todo el viaje transcurría con normalidad, recortándole poco a poco kilómetros al coche número uno de los NFT, el coche numero dos de los NFT, o sea el nuestro, estaba a unos 40 km de distancia hasta que llegamos a mi bestia negra, cruzar Madrid. Confiaba en que mi copiloto me llevara por el buen camino, pero cuando tomé el desvío de la M50, le pareció buena idea ponerse a hacer fotos con el movil, con la correspondiente distracción desus quehaceres y terminando de cabeza en la M40 cerca de Usera. Tras tomar de nuevo el rumbo correcto y perder una preciosa media hora de viaje proseguimos hasta Zaragoza, donde hacemos la parada y ya del tirón hasta Ainsa. Durante la 2ª parte del viaje no hubo novedad, salvo que mi copiloto, ahora piloto, en el anterior stint se quejaba de mi lentitud, pues el señor creyó que ir a 90 km/h era la mejor manera de conservar gomas, una estrategia conservadora que a la postre nos condenó a ni siquiera poder luchar con el coche número 1.

Son las 10:30 de la noche y acabamos de llegar a Ainsa, la ciudad medieval, como siempre no defrauda, su silueta en la oscuridad de la noche es espectacular, portentosa, es como si entraras en otra dimensión. Descargamos el Picachu y allí nos saludan Alvaro Páter, Alvarito, Pablo, Jesús KTM y Javi KTM. Una vez acomodados en nuestros aposentos nos ponemos a cenar contándonos mil anécdotas, chistes y recuerdos del año pasado. Un broche del día espectacular.

Vamos a la cama que mañana hay que debutar y darlo todo.