domingo, 14 de diciembre de 2014

Dimitri por el mundo: Aracena 2014- Pedaleando bajo la lluvia



Se planteaba una de las salidas características de todos los años, la visita a Aracena. Aunque es una salida que se hace todos los años, por h o por b, nunca he podido asistir, y como no, este año no iba a ser una excepción, Ojete y servidor teniamos turno ese día, así que nos quedaríamos en casa a no ser que... diluviara, así que ojete y yo nos tiramos una semana invocando al dios de la lluvia para que cayera la del manso en tierras onubenses, y curiosamente somos gratificados con un golpe de suerte, en Aracena está lloviendo el día D, así que se suspende hasta la semana siguiente, por tanto tenía toda una semana para purgar el freno trase y probarlo a fondo, ya que me estaba dando bastante dolores de cabeza.
Pues efectivamente, pasa la semana, y purgo el freno a las 5 de la tarde del día anterior a la gala, sin tiempo de probarlo ni nada, ahí voy, a porta gayola, como los valientes, así que llega la noche anterior, y la cosa se complica, tengo un evento social, cosas de ser famoso, así que mi entrada en cama se retrasa hasta las 3 de la mañana, a las 6 hay que estar en el punto de recogida, menos mal que me lo dejé todo listo para salir rápido... o no.
¡¡¡Madre mia del amor hermoso!!! ¡¡¡Por Iósif Stalin, que temprano que es!!! Más sueño que una cesta de gatitos al lado de una estufa. Empaqueto todo mi equipaje, y estimo que voy con sobrepeso, así que decido sacrificar algo, las zapatillas sin calas, esa es mi elección EEEEEEEEERROOOOR, como se verá más adelante.
Para una vez en mi vida, estoy puntual en el punto de extracción, a lo lejos veo como se acerca el transporte, saludo a Víctor, y me pongo a desmontar mi burraco, perdón, mi Crocky, no es sovietica, pero es más dura que un AK-47, y en ese momento de insertar mi bici llega Francis con otro burraco, empaquetamos y directos a Aracena. Durante el trayecto intento dormir algo, pero creo que a Francis no le parece buena idea, y boicotea mis intentonas. A todo esto toca hacer una parada y desayunar, con PepeHill, Rofra, Deivid, Cabrera Páter y Ojete, por cierto Francis, te debo una tostá. Una vez desayunados reemprendemos la marcha y nos reunimos con el Naranjitos Factory Team, con el Páter, Obi, NNKK, Pablo y Chema como representantes.

Una vez reunidos todos, bicis montadas, y mil preparativos más toca emprender la marcha, como no, para arriba, foto de grupo en un llanete y tirando otra vez para arriba que cada vez se empina más y más, y aparecen más y más piedras. Tras realizar esta subida nos volvemos a reagrupar y tiramos para abajo por una pista, parece que el freno va con flow. Vamos bajando y de repente el Páter advierte mi presencia, en lo que se ve que no le hace mucha gracia que le pase, así que saca una pierna y me arrincona contra un arbusto, al estilo Schumacher con Massa. Esta maniobra será estudiada después de la carrera.
Después de que unos pocos se equivocaran, y tiraran por el camino que no era, por fin llegamos a la primera bajada del día. Era un senderito lleno de piedra jabonosa, que escurría tela marinera, así que a tirar del freno trasero toca, pues justo en el primer intento, zasca, ya no existe el freno trasero, vaya troll de freno que tengo, me paro y le doy más recorrido a la maneta, nada, esto va como una castaña. Bajo como puedo, con mucho miedo, pero es lo que hay, se ve que el freno trasero se ha vuelto independentista, y que ya no quiere pertenecer a esta ruta. Ya hemos terminado la bajada de las narices, no he disfrutado nada de nada, y nos toca subir a Cortelazor, un pueblo pequeñito donde decidimos hacer una parada, la cual aprovecho para quemar mi último cartucho con el freno, y decido hacer un cambio rápido de pastillas, a ver si con eso mejora algo.
Mecánica terminada, y estos mamones desayunaditos otra vez, yo no he tenido tiempo de probar bocado, así que me jodo y seguimos con la ruta. Justo en este punto, el cielo se torna oscuro, y empieza a caer unas inocentes gotas, comienzan las dudas en el pelotón y nos miramos unos a otros y de repente PepeHill ha pinchado, pues a reparar toca, ahora soy yo el que va a comer.Una vez apañado el pinchazo continuamos con la ruta, y justo al salir del pueblecito comienza a llover y comienzan las dudas, chubasquero si, chubasquero no... "¿Qué somos?¿Bomberos o parcelistas? (Chema dixit). Continuamos por carreteras hasta la segunda bajada del día. 

Ya no llueve, pero tiene pinta de que la bajada va a resbalijar de lo lindo, así que tiro detrás de Deivid, y a mi zaga va Pablo. Se espera una bajada de lo más emocionante pero Deivid decide que es piloto de seco, y va con más miedo que once viejas, y a poco que ve una piedra brillar tira de freno mano, la verdad es que la cosa está para no tontear mucho, pero que poco que dura lo bueno, ya se acabó, ahora toca un pechugazo de la ostia. Justo en un descansillo de esta subida nos reagrupamos, y Obi requiere de mis servicios como técnico, se ve que ha tenido un pequeño encontronazo con el lado oscuro y ha jodio un radio y tiene 3 más flojos, así que arreglamos y seguimos con lo nuestro, que es dar pedales, bueno, lo nuestro es estar sentaditos en la terraza de un bar, en esto de los pedales no es que destaquemos, para que nos vamos a engañar. Pues volvemos a subir y bajamos por una pista que dejamos a mano izquierda para dar a un sendero bastante empinado, corto y divertido. Entran Chema y Francis, al pelotón entramos Ojete y servidor, veo que oje me adelanta, no me voy a dejar, suleto frenos, le piso el pie a Francis que está torpeando porque ojo, noticia sobrecogedora, el rey de los KOMs de Pedroches está torpeando. ¡¡¡¡Goooooooooooooooool en las Gaunas!!!! Chema está poniendo los piececitos. Después de ver esto me da igual quedarme atrapado detrás de el, acabo de ser testigo de uno de los momentos que harán historia, algo similar a la caida del muro de Berlín, pero a lo que el enduro respecta.

Ya hemos llegado a Galaroza (como ayuda el puñetero GPS a recordar los nombres de los lugares), y nos disponemos a realizar otro pit para avituallarnos. Entre jijis y jajas en la plaza del pueblo somos testigos como el coche de un desprevenido turista colisiona con la flagoneta de un lugareño, nada, cositas que nos hacen pasar el rato la mar de entretenido, así que tras la culpa es tuya, no no, la culpa es tuya y el desenfundar de los partes de accidente continuamos con la aventura. 
Salimos del pueblo y unos cuantos nos escapamos del grupo, ya que Francis, PepeHill y Rofra todavía siguen comiendo, y como están más fuertes que que el vinagre, nos pillarán más adelante, así que vamos subiendo poco a poco por una calle con adoquines bastante resbaladizos, veo que Elian patina y se queda, el Niñato y Ojete idem. Este es el momento de quedar por encima de ellos, y restregarle a Elian que la Crossmark agarra, lo único que hay que ser es un piloto fino, como lo soy yo. A diferencia de crónicas anteriores donde fracasaba estrepitosamente en el intento, esta vez consigo el objetivo. ¡¡¡Chúpate esa camino de adoquines!!!
Seguimos subiendo y nos reagrupamos en Castaño del Robledo, justo esperando a todo el grupo empieza a llover de nuevo, decidimos ponernos el chubasquero. De nuevo se rompe el grupo y mientras unos tiran por el sendero, nosotros tiramos por la carretera, para luego incorporarnos de nuevo a una pista. Ya no llueve, ya diluvia, y a las palabras de Víctor "pero si ya no va a llover más" el tiempo decide que sí, que puede llover más, y que además pueden caer rayos y truenos enormes, en uno de esos Víctor y servidor, nos quedamos cegados por el destello de uno de esos rayos que parecía que venía a por nosotros. No se Víctor, pero yo estuve a punto de teñir de marrón mi cullote, que sustro más grande.
En mitad del diluvio comenzamos la penultima bajada, que se covierte en puro espectáculo y fantasía. Entre que no se veía, y que el suelo aparentaba que resbalijaba de lo lindo, la bajada se torna la mar de divertida. Al final de la bajada nos llegamos a la Ermita de la Reina de los Ángeles, foto de rigor que nos hace un peregrino y de nuevo a subir en mitad del diluvio. Ascendemos por la carretera durante unos minutillos, en los cuales se nos une un mastín blanco que o le gusta mucho el ciclismo, o tiene una clara tendencia suicida, ya que se ve que le gustan las emociones fuertes e invade el carril contrario una y otra vez. ¡¡¡Vamos a por la última del día!!! Nos tiramos para abajo y esta si que es divertida, a mi espalda va David, y a lo lejos veo a Pablo, lo adelanto en un punto un poco crítico pero mooooola, curvita, pedrolo, saltito y... ¡¡¡Zas, patilla de cambio a tomar por el culo!!! Joder, cuando mejor me lo estaba pasando va y se parte la puta patilla, pues nada, otra de mecánica. Saco el cambio de la rueda, lo enderezo como puedo (lo dejé de lujo, todavía sigue puesto y cambia con precisión suiza) y por suerte llevo una patilla de repuesto. Vuelta a montar en la burra y para el coche.
Una vez en el coche, empezamos a desmontar cambiarnos y aunque esté calado hasta los huesos, con frio, sin zapatillas de repuesto y tener que tirarme todo el viaje de vuelta con los pies chorreando, no puedo desdibujar de la cara esa sonrisa que tienes cuando te lo has pasado como un enano, aunque haya llovido a mares y aunque la salida te haya costado 50 euros en piezas nuevas. No hay nada como pasar un día épico con la mejor compañía posible. THIS IS ENDURO!!!



Nota: foto grupal by PepeHill





Mas fotos en: Dimitri por el mundo: excursión a Aracena

martes, 28 de octubre de 2014

Las Crónicas de Paul Stephan: 6ª Maratón MTB de la Subbética


Ya ha pasado un año, increíble. Un año desde que me viniera arriba sobrestimando mi estado de forma, y petando como una rata al cabo de 25 km, lo cual provocó un abandono que en principio me tomé como una retirada a tiempo, pero viéndolo con perspectiva, me picó un poco en mi escaso orgullo. Así que este año me prometí entrenar para afrontar esta dura prueba con garantías, no para hacer un buen tiempo, pero si para terminar de una manera más que digna. Pues no creáis que mi promesa ha ido muy bien, si bien es cierto, que tras terminar un agotador mes de agosto lleno de vacaciones en el cual no toqué la bicicleta ni para quitarle el polvo, llegaba septiembre, y ahora si que sí, me digo "me pongo a entrenar" y más o menos fue bien, saliendo de cuando en cuando con mi compañero de salidas mañaneras Culebra, y otras tantas en solitario, y muy esporádicamente con Tullido.
Todo diría que llegaría al 26 de octubre de manera más que sobrada, pues no, el mes de noviembre he hecho de todo menos entrenar, así que en un mes, apenas he salido un par de veces, pero esta vez iba a terminar, si o si, no había más opciones.
Todo el que me conoce, sabe que me gusta llevar las cosas planeadas de antemano, hasta las 11 de la noche del día 25 no miro la hora de salida, y más o menos a esa hora miro el perfil, justo en ese momento, mi madre que estaba al lado mía, me pregunta "Niño, ¿que te pasa? Te has quedado así como que blancucino, un poco palidete, ¿Estas bien? Pues no, no lo estaba, es la primera constatación fehaciente de que el desnivel positivo del tinglao era una barbaridad, nada más y nada menos que 2300 m en apenas 60 km. En estos momentos me imagino al Conde de Priego con una carcajada malévola y acariciando a su gato. Así que con más miedo que la madre de la niña del Exorcista me voy a la cama, espero dormir un poquito y no soñar con el Albayate.


6:30 AM, con su correspondiente cambio horario para el rollo este del gasto energético. Me levanto de la cama, desayuno frugal, que si no el desagüe no da abasto. Me visto y voy a por mi señora, que tiene ganas de ver como su marido revienta y de paso hace turismo por un pueblo tan bonito como Priego de Córdoba.  Recogemos la bici, ropa y demás avios y tiramos para la casa de Tullido para irnos con su furgo. Nos reunimos con Tullido, Casconata y con la sonriente Clara, empaquetamos todo y rumbo para Priego.
Después de una hora más o menos, y de ponerme al día con Casconata y Tullido, llegamos a Priego, un poco justillos de tiempo, para no variar. Primer paso, aparcar el coche. Este paso vemos que va a ser complicado, así que decidimos bajar de la furgo todos y que Tullido se encargue de aparcarlo. Paso 2, recoger el dorsal. Aquí la cosa se complica aún más, hay una cola kilométrica en la plaza de la Fuente del Rey, así que a hacer cola toca. Por fin estamos en chiqueros, saludamos al Conde de Priego y Don Josele y ya tenemos al dorsal, ahora nos toca el paso 3, ir a la furgo y cambiarse. Una vez colocados los dorsales y pertrechados con todo lo necesario para una maratón como esta, volvemos a la plaza para la salida, foto de rigor y estamos al final del todo, cosa que a mi no me importa mucho, me lo voy a tomar con tranquilidad, así que se da la salida y la gente sale como loca, vamos, lo habitual. Mi compadre Nacho y yo mismo decidimos ir juntos, el me sacaría en las subidas, y yo intentaría darle caza en las bajadas, trato hecho. 


Salimos del pueblo, dirección a la subida del Albayate, y poco a poco vamos ganando cota, al principio todo el trazado discurre por el mismo lugar que el año pasado, y Nacho y yo vamos más o menos juntos, sacándome unos metrillos en las subidas que en las bajadas recuperaba. Continuamos subiendo, y descubrimos la nueva parte de la subida, el Sendero del Perro, un sendero estrecho, con alguna que otra complicación técnica y bastante empinado, pero en este tramo, Nacho y yo no tenemos más remedio que poner pie a tierra, ya que todo el mundo está bajado de la bici. Aquí se pueden escuchar comentarios cariñosos sobre el recorrido de la carrera, que si esto es inhumano, que si esto no puede ser... señores, esto es MTB y no una vía verde, a ver si nos enteramos de una vez, no paro de escuchar estos comentarios en todas las maratones a las que voy, se ve que la gente no se suele informar de a donde va, yo tampoco, pero me suelo quejar menos.
Salimos del sendero y el trazado de la carrera nos deja al final de la pista que nos deja en el Albayate, mi reacción es "ostras, ¿ya estamos aquí?" Pedazo de alegría que me acabo de llegar. Bajamos antes de encarar la subida definitiva al Albayate y mayday, aquello no funciona, no se porqué pero la bici ha decidido dejar de cambiar, como se nota que es nueva, y le gusta sufrir menos que a mi. Me paro y le echo un vistazo para ver que pasa, le digo a Nacho que tire, pero el que es buena gente me espera un poco mas adelante, Sin saber como se me ha destensado el cambio a muerte, lo tenso y seguimos para delante, subiendo el ultimo tramo. Recuperamos unas pocas de fuerzas en el avituallamiento y tiramos para abajo. En apenas 10 segundos ya nos hemos encontrado a un coágulo, aquí se queda Nacho, y yo continuo saliéndome del camino por mitad de los chuscos, pero consigo adelantar al coagulo. Le digo a Nacho que luego me coge en la subida, así que me tiro para abajo como a mi me gusta, a saco. La bajada es una bajada complicada, tiene un sendero marcado, pero es bastante estrecho, está empinado y lleno de piedras y escalones, vamos una pasada, me encanta, el día que el Conde de Priego y su gente de Albayatemanía la quiten ya no vengo más, si solo vengo por esto (esto es lo que digo para que cuando pete me duela menos). Pues bueno, voy bajando y me encuentro otro coagulo, y en el horizonte diviso que hay una especie de chicane que tiene un paso por la izquierda, así que tiro a muerte para adelantar a la chavalería, me meto por la izquierda, y cuando me toca volver al camino... ahí no hay manera de entrar, voy pasadisimo, así que me salgo del sendero y engancho la puzolana, entonces comienza un periodo de uy, uy, uy previniendo la talega de tamaño colosal que se acercaba, pero milagrosamente vuelvo al carril correcto. ¡Ay mamá que susto más grande! Pero el susto me dura dos segundos, al fondo puedo ver una cámara, así que voy a darlo todo, y cuando llego a su altura, salto y plegada (habrá que ver la plegada), hay que quedar bien y gustarse. Giro a la derecha y me adentro en el senderito que también tiene su tela, pero es bastante divertido. Aquí me uno a unos compañeros de Granada, aquí vamos riéndonos todavía, que ingenuos eramos, y entreparada y parada por los grumos, chascarrillo.
Pues se acaba la primera parte de la prueba, ahora tenemos que volver a subir, y aquí, en un gesto de gentileza dejo pasar a todo dios, yo voy con todo metido, en esta zona es donde exploté el año pasado, así que voy con más miedo que once viejas. A los pocos metros de subida me vuelve a enganchar Nacho, comentamos impresiones sobre la bajada anterior y le digo que tire, que ya nos vemos, que yo voy guardando, que no quiero gastar ni un céntimo en la subida. Volvemos a estar igual, Nacho centímetro a centímetro se me va, y yo a mi rollo. Corono y ahora me toca echarle el guante. Me vuelvo a tirar como un loco y lo vuelvo a coger y pasar, y vuelta a empezar, ahora me coges tu.


Termino la bajada, no se por donde anda Nacho, seguro que ha pillado algún Safety Car por ahí, así que veo un avituallamiento a lo lejos y decido pararme. Me aprovisiono, a eso que llega Nacho y tiramos juntos. A continuación llega el terreno que más me toca las gónadas, el falso llano ese que existe antes de llegar al Cerezo, aquí me doy cuenta que estoy más ternito que el peluchito de Mimosín. Poco a poco hacemos metros juntos hasta que empieza la subidilla que da a las Lagunillas, aquí se me vuelve a escapar Nacho, aunque lo trinco justo en el AV3, vuelta a empezar, otra vez los dos juntos, y ahora si que empezamos a subir al Cerezo, pero yo ya estoy tieso, Nacho se va poco a poco, me digo lo mismo, que para abajo lo cojo, pero no me estoy sintiendo cómodo, ya me empieza a pesar el desnivel y entonces, toma pa tu cuerpo macareno, amago de calambre que solvento, que susto, espera, que viene otro, y otro,  pero parece que los estoy controlando, pero antes de que llegue a la mitad del Cerezo... ZASCA!!! Toma calambrazo en el cuadriceps, me repongo y continuo, al poco otro, me repito una y otra vez que esta vez termino aunque sea arrastrándome. En ese instante empieza a pasarme gente a saco, pero mi moral es firme, VOY A TERMINAR!!! Pos toma chulo, doble tirón de cuadriceps. me quedo como Chiquito de la Calzada, se pasan y sigo, ya estoy casi todo lo alto, digo casi porque todavía se que queda un kilómetro infernal en el que ya no puedo pedalear con en plato pequeño, así que voy andando, me la sopla bastante. Me vuelvo a montar y hay control, bromeo con los compañeros de Albayatemanía que si me ponen el garabato montado, y cuando me bajo, zasca, calambre terminal, pues no era tontería eso que decía de no bajarme. 


Una vez repuesto y con menos sales que el menúde un hipertenso, me tiro a saco para abajo  a ver si le echo el guante a alguno de los que me han pasado, el cazador está desatado. Paso a dos muchachos, mi mente me dice que salude, pero mi boca es incapaz de vocalizar nada, solo una especie de gruñido, entonces me doy cuenta que estoy mu malito. Llego abajo dándolo todo, y no me paro en el último AV, así que adelanto a unos pocos de compañeros. Lo que nos queda son nos 15 km de sube y baja, pero ya nada duro, pero yo estaba para el arrastre, y con tantos calambres no podía pedalear con cadencia, y no tenía fuerzas para pedalear atrancado, así que a andar tocaba, pero en una e esas, me dí cuenta de que podía medio correr, así que las subidas que podía las hacía a trote cochinero.
Ahora si que olía a Priego, solo tenía que dejarme caer hasta el pueblo, en una de esas curvas hasta la Plaza del Rey, cerca de la Ermita, me encuentro a mi señora y a la señora de Nacho. Ya estaba hecho, solo quedaba bajar las escaleras y esto está terminado. Meta, con 5 horas y 2 minutos crucé la línea de meta, con mucho dolor, pero con una satisfacción diez veces más grande que el dolor que padecía. Allí estaban mis compis Lomeros, Nacho, Clara y los Hobbyweb para darme una calurosa acogida. 

En resumen, por más que venga a estas tierras, ya sea a pata o en bici, no me canso nunca de admirar su belleza y el calor de la gente. La subbética es un lugar en el que uno se siente como en casa, y cuando lleva tiempo sin venir lo echa mucho de menos. Agradecer al Conde de Priego y a toda la gente de Albayatemania por la excelente organización de este evento, y nunca hagais caso sobre las críticas del recorrido, señores, esto es MTB, BTT o VTT, en definitiva, BICICLETA TODO TERRENO, a ver si nos va a pasar con el coche y vamos a tener bicis suv.

También quiero mencionar y agradecer a mi chica y a la de Nacho, que no le basta con el coñazo que les damos a diario con las bicis, que encima vienen a estos tinglados a apoyarnos, si señor, UNAS GRANDES.

Pues sin más me despido, no se cual será la siguiente, no se si la Betetea o algo pero por fin he cumplido el objetivo de la temporada. He ajustado cuentas con esta maratón 2-2 vamos, el año que viene al mejor de 5.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Dimitri por el Mundo: Zona Zero 2014-Round 4


Hoy es un día triste para todos nosotros, hoy es el día en el que el sueño tiene que terminar, el sueño en el que te pasas tu vida montando por estos parajes y encima te paguen por ello. Hoy haremos nuestra última ruta, y después volveremos a cada uno en su casa, y lo vivido pasará a ser recuerdo, al menos hasta el año que viene.
Toque de diana, todos nos hacemos los remolones, no queremos levantarnos porque toca ruta corta y luego de vuelta a nuestra tierra, que tampoco está mal, pero no es lo mismo. El desayuno es lento, tardamos más de la cuenta en vestirnos, ajustar las bicicletas... pero al fin y al cabo si queremos disfrutar de este último día es necesario darse prisa.
Hoy hemos quedado en la glorieta de entrada a Ainsa, junto al hotel donde se hospedan Fernando y Manel. Será la última vez que baje por esas espectaculares escaleras que descienden hasta la parte nueva del pueblo, así que vamos a disfrutarlas a tope. Una vez abajo nos juntamos todos en la glorieta, y comenzamos la ruta de hoy.


Empezamos a subir por el mismo sitio que en la última etapa del año pasado. Poco a poco voy ganando metros y me situo en el grupo de cabeza, pedalada a pedalada nos distanciamos del grueso del grupo, en tete de la course estamos Páter, Obi, Nacho, Perico, Manel y servidor. Coronamos la subida, y comienza una corta bajada, después de esta hay un llanete donde esperaremos a todo el grupo.
Llegamos al llano, esperamos Páter, Obi, Perico y yo, Nacho se ha quedado rezagado ayudando a Manel con un pinchazo. Un minuto, dos minutos, seis minutos... Allí no aparece nadie. El Pater llama al pelotón y confima las noticias, efectivamente, nos hemos despistado los suficiente como para tener que subir la bajada y un buen pechón que queda por el lado bueno. Pues a darse la vuelta toca, llegamos al cruce donde nos equivocamos y tiramos por el camino correcto. Esta parte también me suena, es igual que la del año pasado, así que se que vamos a estar un ratejo subiendo, hasta llegar a la posición de bajada. Una vez todos reunidos nos vamos tirando de uno en uno, modo paracaidista, dándonos un tiempecito entre uno y otro para salir guapos en las fotos que nos está haciendo Nacho "puro macho". Seguimos bajando, y en una pequeña subida, me salta la cadena y me quedo enganchado en la subida teniendo que patalear un poco y metiéndome rueda Manel, mierda, he perdido una posición, y ahí sin darme cuenta, Nacho, me hace la sabandija y también se me mete aprovechando el pantallazo azul que llevo en lo alto, no dejo pasar a nadie más,ni a Cristo resucitado.
Seguimos para abajo, y Nacho se tira a full, yo me tiro siguiendo su zaga, vamos recortando tiempo, pero llegamos a la zona de curvas y ahí se nos acumula un pelín trabajo con un cruce y tal, así que perdemos lo ganado.
Abajo nos reunimos con todo el grupo, y nos despedimos de una parte del grupo, que tiene un pelín de prisa, así que ya hasta las tierras del Calufato no veremos a Obi, Natera, Nacho y Chema. Los que nos quedamos tenemos ganas de jarana, así que no podíamos despedir estos dias en el paraiso si una visita al circuito de salto o Badland, o como a mi me gusta decirle, Barlans, así que remontamos hasta el comienzo de la bajada por carretera, ya que tampoco nos vamos a quedar todo el día por aquí, y es la ruta más corta, y llegamos hasta el comienzo de la bajada, y recuerdo mi experiencia religiosa que tuve con esa maravillosa escalera que tengo a la izquierda, por suerte, hoy no la vamos a bajar. Nos colocamos en posición y ahora se me vuelve a colar Manel, me cago en to, estoy "apoyardao", Intento bajar a full, metiendo rueda, pero el tio es correoso y no se deja (tampoco le estoy metiendo rueda muy fuerte, si fuera Genuine lo mismo me mostraba un poco más, pero lo mismo este se mosquea). Esta bajada es la ostia, puro "flou" mucho "pompear" y poco pedal, bueno miento, mucho pompear y mucho pedalear, entre tanto y tanto llegamos casi al final del circuito, aquí abro DRS, meto el KERS a "jieroo" y consigo pasar a Manel en plena recta final. Pues hemos bajado, nos lo hemos pasado bien, pero, queremos otra pasada, así que vuelta a remontar, esta vez por mitad del circuito, y ahora no se me va a colar "naide". 
Volvemos a formar la parrilla, esta vez me coloco justo de Genuine, semáforo en rojo y GO, GO, GO!!! Salida a fuego, madre mia como mola, vamos a por el saltaco, joder que vuelo, tremenda "creisicura", me está costando, pero sigo enganchado, en eso que veo que Trigeniero se desvia a la izquierda, Genuine hacia la derecha, tengo que decidir, me fio más de Trigeniero, pues ZAS!!! el que se equivocó era Trigeniero, ya no me fio de ninguno. Estoy petado a saco, así que cedo un poquito más pero llego en posiciones de podio, estoy frito y contento y triste a la vez, más triste que otra cosa, ya nos tenemos que volver, maldita sea, con lo agusto que se estaba aqui.


Nos despedimos de Fernando y Manel, vuelta al albergue, nos duchamos, recogemos y de vuelta a Córdoba, no sin ante despedirnos de Jorge. Pero la diversión no queda aquí, nos quedan las 8 horas del Gran Premio Transibérico, una espectacular prueba de resistencia con unos espectaculares vehículos, unas flagonetas cargadas de bicis. La verdad es que partiamos con inferioridad, pero los 90 CV del Picachu rindieron al máximo, la estrategia era clara, una tanda larga realizada por el mejor piloto del equipo, o sea, yo, y una corta por Perico. Durante la tanda larga todo fue perfecto, nos permitió mantenernos vivos, pero a falta de 50 km, cambio, y todo se fué al garete, mejor no demos detalles sobre los últimos 50 km porque telita, pero bueno, nos lo pasamos bien.
Ya estamos en casa, hemos pasado unos increibles dias de puro enduro, enduro de verdad, y no de ese de blanduchos con camisetas de colores que se ponen coloraos con la primera cuesta que pillan, con una compañia increible, ¡¡¡con vostros voy a donde haga falta cabrones!!! Ya solo me queda acostarme y soñar con el año 2015 que además es prueba de la EWS, veremos si rascamos puntos UCI.


jueves, 4 de septiembre de 2014

Dimitri por el mundo: Zona Zero 2014-Round 3



Llevamos ya dos dias en el paraiso, dos días efímeros, de los cuales las horas se han pasado como minutos, y los minutos como segundos. Dos días en los que las risas han sido la banda sonora de la ruta, y en los que hemos disfrutado de paisajes del sueñoTras el rutón de ayer hoy tocaba turrón del duro, la etapa reina de este "estage", hoy nos íbamos a cagar con la ruta. Solo se que había que subir muy alto, para luego bajar a muy bajo, para a continuación subir de nuevo hasta muy alto, y ya por fín, bajar. Para esta nueva etapa se nos unirian dos fichajes de última hora, Fernando el vecino y Manel. 
Nos levantamos temprano, eso no es novedad, pero si lo hacemos un poco más de lo habitual, ya que nos tenemos que desplazar unos kilómetros en coche y es necesario pertrecharlos. Repartimos las bicis entre las dos furgos, mientras que mi buga será usado de lanzadera para luego usarlo como enlace entre el final de la ruta y el comienzo de la misma, así que a los coches se ha dicho. Una vez hecho la primera parte del trayecto abandonamos mi Picachu Perico y yo y nos cambiamos a una de las furgos. Aquí viene uno de los momentos del día, menos mál que me acuerdo de que se me han olvidado las zapas de la bici en el coche cuando no llevábamos recorrido apenas un kilómetro, así que Chema tiene que dar la vuelta y volver al Picachu a coger las zapatillas. Menos mal que me acordé, si no me pego un hinchón de reir todo el día bueno, bueno.

Tras unos 45 minutos en coche, por fin llegamos al punto de partida. Nos abrígan unas monumentales montañas, y me empiezo a temer lo peor. Mis sopechas se confirman cuando le pregunto a Alvarito por el discurrir de la ruta y me comenta, señalandome con el dedo, "hay que subir hasta allí, bajamos, comemos aquí, y volvemos a subir hasta allí" Mama caca, no sabeis los altos que estaban los "hasta allí", es el tercer día de ruta, y ya empiezo a estar cascaete, hoy ritmo tranquilo hasta las cumbres, y a disfrutar de la bajada.
¡¡¡Al lio!!! desde el minunto 0 ya con el plato chicho metido, no conviene recalentar el motor que luego pasa factura en cuanto llevamos unas horas de pedaleo. La subida transcurre por una pista, no es nada técnica, pero cada metro que pasa parece que la van inclinando más y más. Me coloco al final de pelotón, haciendo grupeta con Alvarito, Jesús y Pablo. Aprovechamos para ir trazando la estrategia a seguir, pero no veas como se está poniendo la cosa, esto está empinado, pero empinado, ahora, eso si, disfrutamos de unas vistas espectaculares, y de una temperatura la mar de cómoda. Continuamos con la subida, ya no se ni el tiempo que llebamos subiendo por la pista, ni los kilómetros que llevamos (cosas de no llevar cuentakilómetros) pero parece que llevamos dos días subiendo y entonces por fin hacemos una parada, menos mal, la cosa se estaba poniendo fea. Tras este parón, el jefe de filas, Alvarito, me pide que le muerda en la canilla a Natera, así que con él hasta arriba, no le gano, es cierto, pero al menos llego con el, bueno a tres metros, he conseguido un 2º puesto gracias a la estrategia, pero creo que este esfuerzo me va a pasar factura en el segundo puerto del día, y tanto que me pasaría...
Una vez arriba esperamos a que ser reuna el grueso del equipo. Ya estamos listos para la primera bajada del día, y como el terrero lo permite, porque no, decidimos hacer una salida a lo Megavalanche. En apenas 2 segundos he perdido por lo menos 7 posiciones, madre mia que manta estoy hecho en este tipo de salidas, de repente pasamos de la hierba a un sendero estecho, con una gran piedra o televisor cada 50 metros, cada vez la cosa está más inclinada, y de repente nos metemos en un mar de piedra, se hace montado lo que se puede, aunque la cosa está chunga, y en uno de los intentos me quedo a 1 cm de meterme una ostia de esas que resonarían en todo el valle así que me acuerdo de todos los consejos de Bear Grills, tiro de lógica y resuelvo la situación; me bajo de la bici.
Trás llegar abajo con un temblor de canillas importante y con las manos convertidas en garras de tanto tirar de freno, me tiro en la hierba cual cochinillo se restriega en el fango, pero ahí no queda la bajada. Tras unos minutillos en los que esperamos al grueso del grupo y descansamos un poco, toca ponerse de nuevo en acción, y continuamos la bajada que nos lleva hasta el lugar donde hemos dejado nuestros vehículos.

Aquí vamos a hacer el avituallamiento. Sacamos bocatas, dulzajos, rellenamos el camel y reposamos un poco, parece que no, pero ya llevamos un trote considerable.

Se acabó el descanso, toca subir de nuevo, este puerto se divide en cuatro cuartos, todo esto según Alvarito, pero los cuatro cuartos son desiguales. Será una subida larga y con bastante desnivel, aunque eso si, se hace por una "cómoda" pista. Pues bien, a las primeras de cambio cometo un error junto con Chema, íbamos los dos un poco pasados y nos colamos en un cruce, por lo que a remontar toca. Desde los primeros compases de la subida no me encuentro nada bien, voy petado como una rata camboyana, pero las vistas compensan todo el sufrimiento, el entorno es espectacular; son esos paisajes que te esbozan una sonrisa en la cara, pero a cada rato te acuerdas de que lo estás pasando tela de mal. Enganchamos a Alvarito, Pablo, Trigeniero y Genuine, y continuamos el calvario en grupeta. Tras un rato de subida, decidimos hacer una paradiña junto tras cruzar un puente que nos permitia badear un riachuelo del deshielo. A esto que Pablo dice "pues yo me voy a bañar", lo que tardo en mirar al agua y girarme hacia el y ya está el tio en pelotas metido dentro del riachuelo, yo no se este chaval, parece un renacuajo o algo, charco que ve, charco en el que se mete. Después de esto, inserto mi inocente mano en el riachuelo para comprobar la temperatura por si, ingenuo de mi, me unía a Pablo. Esas aguas estaban a temperaturas cercanas a 0 grados, se lo comento, a lo que me contesta "que va está buena" A partir de este momento, jamás me fiaré del criterio de Pablo, al menos a lo que agua respecta.
Tras el parón proseguimos con la tortura, metro a metro vamos ganando cota, hasta llegar a un algibe que nos deja a la vista el final de la subida... ¡¡¡Oh my diosito!!! ¡¡¡Pues no queda na!!! La moral la tengo ya por los suelos, pero no hay otra, seguir para arriba. Al final llegamos a otro algibe, esta vez seco. Ahora si que se atisbaba el final de la subida. El final de puerto terminaba con un porteo considerable hasta llegar a un tramo con una fuerte pendiente, vamos prácticamente vertical, formado por nieve. 
Este ascenso requería un serio análisis. Genuine y servidor estamos al pie de la pared de nieve, viendo como la gente "resbalija" de lo lindo con las técnicas convencionales de ciclo-alpinismo, por lo que consolidamos una nueva técnica, el bike-piolet, que no es más que usar tu propia bici como si fuera este útil alpino, se levanta la bici y se lanza, clavando el manillar y rueda trasera. Esta técnica resultó ser todo un éxito, siendo replicada por algunos de los miembros del grupo.


Por fin estamos arriba, ¡¡¡por fin!!! La verdad es que todo el sufrimiento ha merecido la pena, es hora de tomarse unos minutos de merecido descanso y admirar la naturaleza. Pero como era de esperar, lo bueno termina pronto, pero ahora empieza lo mejor, empezamos a bajar. Eso si, depués de la foto grupal.

Otra vez de nuevo salida a lo avalanche, pero esta vez desde nieve, simplemente espectacular, una de la mejores sensaciones enduretas que he experimentado, divertidisimo, que si se me va la bici por aquí, que si Genuine me mete rueda, que si Chema me arrastra con el codo... Es lo que tiene la nieve.
Una vez pasamos el tramo de nieve, tenemos que bajar hasta una pista que se encuentra unos metros por debajo nuestra.Cada dos por tres teníamos que sortear algún que otro nevero así que lo de baja a la pista se podia hacer de dos formas, la civilizada, y a lo cabra montesa. Esta manera es la que decidió realizarla el Páter, con un estilo increible, pata fuera, culo atrás, y con una velocidad endiablada bajando por una colina bastante inclinada. En ese momento nos miramos Genuine, Pablo, Alvarito, Trigeniero y yo, y decidimos imitar semejante tramo, os mentiría si no me caca en algún momento de la bajada.
Después de conectar con la pista solo nos quedaba llegar a la bajada de verdad y empezarla. La bajada comenzaba por un sendero estrecho, pero abierto, allí solo había matorrral bajo, hasta que poco a poco la vegetación iba creciendo en altura y espesura. La bajada fuera sido espectácular si no fuera porque tras recorrrer unos pocos metros había una barricada de troncos, parecía que montaña arriba había caido un meteorito y los había tirado todos. 
Primera barricada: "mira si ha caido unos troncos", segunda barricada: "¿mas troncos?", tercera barricada: "joe con los árboles"... enésima barricada: "me cago en su p... madre, estos es una p... mierda, estoy hasta los c... de pasar los p... troncos..." Pablo es testigo de la evolución de mi estado de ánimo.
Pues petado, y harto de portear la bicicleta que si arriba, que si abajo decido quedarme con mi maestro Obi Wan para seguir aprendiendo junto a el y hacemos juntos la última parte de la bajada.
Al final del tortuoso sendero (ese sendero limipio tiene que ser una locura, simplemente espectacular) nos reagrupamos para hacer la última parte de la bajada juntos. Era una pista, y en ella se iba a dar lugar al Campeonato del Mundo de Speedway. Yo como siempre, salgo con la caraja, a remontar toca, adelanto posiciones, me toca luchar con Perico, entro un "poco" pasado en una curva, lo justo, para casi destalonar cubierta, que se vaya la bici por todos lados y enfilar rumbo hacia el costado derecho de Perico, a todo esto que ve la maniobra, y a grito de "me dejo, me dejo, me dejo" me deja adelantarle sin oponer resistencia. Así me gusta, si no se fuera dejado, seguro que terminamos mal.
Siguiente objetivo, el Páter, vuelvo a entrar colado, pero salgo más controlado y termino adelantandole de una manera "más limpia"  que a Perico, ya lo que queda es dar pedales como un HP, pero aquí el fuelle ya no da para más, llegando a la carretera consigo pasar a Manel, sería la última víctima de mi bajada.
Tramo de carretera a una velocidad axfisiante, la manía que tienen esta gente con el correr, y llegada a mi pequeño Picachu.


Subimos con mi pequeña barquita hasta donde hemos dejado los otros coches, atravesando de nuevo la pista. Un buen rato depúes llegamos a los coches y tiramos para abajo. 
Iba tranquilamente hacia abajo cuando veo a Chema apretando el sentinel de la Iveco, eso no parece una Iveco, eso es un Kamaz del Dakar, osu como me mete rueda, así que no me voy a dejar, y voy a lucharlo. Vamos a gustarnos un poco con el Picachu, que luego también tiene que comer mi mecánico.
Tocamos de nuevo asfalto, y se acaba el Dakar, pero no os esquivoqueis, comienza el Rallye Principe de Asturias, pero no diremos nada que todo esto lo lee Obama y luego se chiva a la Guardia Civil, y la Benemérita de estas tierras me tiene inquina desde el aparcamiento del año pasado.
Nos juntamos con todos, bicis a los coches, y a comer al polideportivo y hacer convivencia. Mañana será el último dia y la despedida del paraiso, pero eso será otro capítulo.






miércoles, 2 de julio de 2014

Dimitri por el mundo: Zona Zero 2014-Round 2


Tras un primer y espectacular día, hoy toca rutón con el grueso del grupo, ya estamos todos reunidos en el norte, todo hace presagiar un día increíble disfrutando de la compañía de todo el grupo.
Esta noche he dormido del tirón, ni molestarme el cuello, ni el rechinar de somier de la litera de Genuine, ni los ronquidos del Páter, nada de nada, así de domado estaba del día anterior. Toque de diana y en manada hacía la cocina comedor. En apenas 10 minutos damos cuenta de dos panes convenientemente rebanados, esto es increíble, creo que tenemos un grupo de científicos buscándonos porque han escuchado leyendas sobre la voracidad de este grupo de individuos.
Una vez pertrechados con todos el equipamiento nos disponemos a realizar el rutón del día, pero sin antes llenar la bolsita del camel con la refrescante agua de la fuente de la plazilla, hoy no cometeré el mismo error, ayer la llené en el albergue, y estuve todo el día bebiendo un extraño brebaje con sabor a "Feralgán".
Pues todos listos, vamos que nos vamos, grupo al completo, hoy hay que darlo todo, y viene una de mis partes favoritas de cualquier ruta, las escaleras para bajar a la glorieta de reunión. Entre tanto se nos une un desconocido con ganas de darnos guerra, no problem, el muchacho nos dura poco, se tira con tantas ganas que revienta la rueda trasera. Bajamos con el cuchillo entre los dientes, que es lo que mola, desgraciadamente este tramo dura apenas un minuto o menos, nos reagrupamos y empezamos la primera subida del día.
La subida es la típica de este viaje, plato chico desde el segundo uno, plato que prácticamente no abandonaríamos en dos horas. La verdad es que aunque la subida se iba haciendo cada vez más dura, era realmente divertida, cada metro que rodábamos se iba haciendo cada vez más técnica, y era más divertido mantenerse en lo alto del borrico.
Por fin coronamos tras una última parte espectacular, llena de losas de piedra, que al menos en mi caso, casi me cuesta la piñata, pero ya estamos arriba. Lo que nos espera no deja indiferente a nadie, las vistas son espectaculares, con el pantano en primer plano y la Peña Montañesa al fondo, de esos paisajes que te dejan sin palabras. Ronda de fotos... "tu ponte aquí", "espera que no salgo", "tío, me estás tapando", "hazme una foto en este chusco"... Y así media hora, media hora que venía de arte para descansar un poquito de la subida.
Justo cuando estamos preparándonos para partir, Perico se percata que su tija pija no va bien, el día anterior ya le estuvo dando guerra, se bajaba cada dos segundos, y hoy parece que se niega a bajar. Me acerco para hacerle un diagnóstico, latiguillo aflojado, hay más aceite que en la campana extractora de un restaurante chino, reparación purgarla y esperar que no se haya jodido nada. A todo esto, Perico, que es una persona sensata, me pregunta que si yo había hecho eso alguna vez, a lo que respondo, que no, pero que eso me veo un vídeo de "yutube" y se lo dejo niquelado, no os imagináis la cara de susto que se le puso, pero en ese momento yo era su única opción, o eso o costarle un millón de euros en taller local.
Nos disponemos ha realizar la bajada desde los miradores al camping. Esta bajada está compuesta por un terreno mixto, una mitad de sendero con mucha curva y poco grip y la otra mitad compuesto por piedra suelta, vamos, espectacular!!! Esta bajada la hago a rueda de Pablo, con nuestro himno "El pavo real por bandera" en todo lo alto. En la bajada nos atoramos en algún punto que otro, ya que Pablo o yo sufríamos de repente un ataque de vértigo, y nos bajamos en cualquier escalón, total, que llegamos al camping.
Tras un ratico de espera, llega Perico con la cara de otro, como el que ha visto un fantasma. Bajar con la tija pija hasta arriba le ha otorgado una experiencia extrasensorial, una especie de viaje astral a los confines del universo gobernados por el antiflou, pero al final llega intacto, enterico, sin un rasguño.

Tras la pertinente despedida del resto del grupo, emprendemos la marchas hacia el albergue. En nuestro camino se nos interponen 4 km de interminable asfalto, y menos mal que medio se pedaleaba bien, pero es increíble lo poco que nos gusta el negro, una vez te acostumbras al sendero. Tras coronar la subida al la parte del alta del pueblo, por fin conseguimos alcanzar nuestro objetivo, el albergue.
Toca la parte de mecánica, vídeo del "yutube" y al toro, esto es como en Matrix cuando le enchufaban el usb a Neo para que aprendiera a hacer el chorras por el mundo virtual, pues lo mismo, ya se purgar la Reverb.
Cojo mi aceite mineral, mis jeringas y las herramientas necesarias para tal fin. Montamos la Nomad en el potro y empiezo a purgarla desde la maneta, Pedro insiste en que es mejor con las dos jeringas, pero... ¿quien es el que sabe? ¿tu o yo? Tras varios minutos repitiendo la operación sin éxito le enchufo la segunda jeringa, pero ojo, que eso es porque la tija estaba hecha una basura, si no, funcionaba con una jeringa. Pues eso, al lío, me dispongo a abrir el ojete trasero de la Reverb, lo aflojo y suena eso como cuando descorchas una botella de champán. Ahora la operación si tiene resultados y dejamos la tija fina fina. A todo esto, Jorge, el chico que nos atendía en el albergue, lo estaba flipando con la operación de purga, yo creo que estaba pensando que somos unos pijos mierda, y tiene razón.
Tras unos minutos, muchos, concretamente, aparece Perico que había bajado a por un cierre nuevo de tija, y me venía todo contento porque le había parecido superbarato que le cobraran 4 euros por limpiar con un trapete la tija y apretarle un tornillo. Que cosas tienen los ricos.
Ya que teníamos todo listo preparado llamamos al Páter que nos enviara la ubicación, a lo que nos contesta que están al lado nuestra, que Obi por lo visto ha tenido un encontronazo con el lado oscuro y han tenido que visitar la tienda rebelde a por un freno, así que nos dice que vayamos bajando las escaleras del pueblo y que nos vemos abajo. Raudos y veloces acudimos a nuestro encuentro.
Justo cuando nos encontramos, Obi y el Páter nos cuenta como ha sido el encontronazo con el lado oscuro, que se saldó con el freno deflector del campo gravitatorio del Starfighter de Obi dañado. Menos mal que en el Intersport de la zona tienen de todo, y a demás a un precio muy económico vamos, casi de saldo...
Nos reunimos de nuevo con el resto de la expedición que se están poniendo las botas los muy asquerosos, así que nosotros hacemos lo mismo.

Una vez avituallados seguimos la ruta, que tras una leve subida, nos adentramos en un maravilloso cañón por el que circula un poco de agua. Las vistas son espectaculares, dignas de cualquier western. Tan bonito nos pareció que el Bombero, Genuine y servidora decidimos darle dos vueltas. Tras chorrear por el cañón nos disponemos a seguir con la subida, en la que poco a poco vamos cogiendo al resto del grupo, que nos habían dejado abandonados a nuestra suerte. Entre tanto, Perico se destapa con otro problema, un alabeamiento misterioso de su disco de freno trasero. Trigeniero se lo deja listo para que pueda terminar al menos la ruta, disco que se quedaría en la bici para el resto de los días. Una vez coronados nos disponemos a bajar, pero en la segunda curva tengo problemas de frenos, se ve que no cogen presión, así que saco mis llaves "alien" y les hago un setting rápido, a todo esto, todos me han abandonado.

La bajada discurre a lo largo de un bosque (no voy a decir de que tipo de árboles porque no tengo ni guarra, lo mio son las bicis y los coches, no las plantas). Es todo sendero, aunque hay que pedalear de lo lindo. Hacia mitad de bajada, alcanzo a Obi e iríamos juntos el resto de la bajada, disfrutando de nuestro espectacular flou. La bajada llegaba hasta el cauce de un río, río en el que por supuesto metió la cabeza Pablo.
Una vez todo reunidos toca volver a subir, y esta vez por lo negro. Comenzamos a subir Alvarito y yo juntos, y cuando llevábamos un rato, veíamos que Pablo no venía, a eso que decidimos bajar un poco el ritmo para que nos cogiera, y vaya si nos cogió, nos pegó un pasón increíble, nos quitó las pegatinas, lo llego a saber y lo espera Rita. Una vez en lo alto había que seguir la ruta, por un sendero con vistas a un barranco a la izquierda increible, genial el sendero, pero había momentos que daba rollo. Terminamos el sendero y había que decidir, si me unía a la parte de la expedición que iba a Coda Sartén o a los amotinados, tiro de orgullo y decido hacer la última bajada.

Para la última subida dura del día escojo como compañero a Genuine, la verdad es que las fuerzas escasean, y la última subida es de "patada en el pecho", aunque más bien es de "amago de angina de pecho".  La subida en cuestión, está compuesta por una especie de escalones que se hacía de lo más desagradable. Una vez alcanzamos el punto más alto empezaba una especie de terreno rompepiernas donde ya habíamos estado el día anterior, se agradece tener el cuaderno lleno de notas nuevas, y toca la bajada. En este tramo, con las notas frescas del día anterior, decido tirarle en condiciones, aunque Nacho lo llevo pegado a mi, como si fuera mi mochila y lanza improperios con la intención de desestabilizarme, pero hoy no será el día en el que caiga. Llega el punto clave de las margas, y aquí entro pidiendo paso, haciendo largas al personal para que me ceda el paso, ¡¡¡que sensación de bienestar se consigue!!! Una vez superada la marga, tenemos tiempo de que Natera nos deleite con un pasodoble en mitad de la bajada y del rescate de Obi por parte de nuestro bombero particular.
Ya terminada la bajada solo queda pedalear el tramo que nos separa de Ainsa, como anécdota de este tramo, vimos unos 50 buitres que volaban sobre nosotros, los cuales bajaron todos de golpe hacía a algún lugar detrás de nosotros. En ese momento nos dimos cuenta de que Obi había desaparecido, y nos preguntábamos si habría sido atacado por estos pajarracos, pero afortunadamente no.

Una vez aseado nos tocaba ir de juerga a la comida de la Kedada Zona Zero. En este punto solo recuerdo mucha carne, mucha cerveza, algún desaprensivo haciendo el buitre, trigeniero y servidor robando comida, acostarme con mucho dolor de cabeza y tener la sensación de que la cama se mueve más que una patera con marejadilla. Ya a dormir, que mañana nos toca la etapa reina de esta excursión, turrón del duro, pero eso lo dejaremos para la próxima entrada.


viernes, 6 de junio de 2014

Dimitri por el mundo: Zona Zero 2014- Round 1


Tras una plácida noche aderezada con los sonidos guturales del Páter, y el crujir de lamas de la litera de Genuine, suena el toque de diana. Hoy si que sí, hoy debutamos. Tras un mes de adaptación a mi borrico, hoy daríamos las primeras pedaladas por el paraiso.
Nos levantamos y vamos directamente al comedor a ingerir todo producto alimenticio posible. Tras una tanda de tostadas, regadas con un excelente aceite de Baena, y acompañadas por el brebaje típico, un Colacao calentico, nos disponemos a la realización de lo que sería la comida del día. Aquí me doy cuenta que soy un aficionado, yo con mi triste bocadillo de salchichón, mientras que Alvarito, Pablo, Genuine y Trigeniero se hacían unos maravillosos bocadillos de atún con tomate natural; chorizo, queso y tomate... Vamos ríete tu del Top Chef este. Después de presenciar esta maravilla gastronómica, bajamos a la bodega a por las bicicletas, subimos el primer puerto del día, las escaleras de la bodega. Una vez en la calle, engrasamos las bicis y hacemos las primeras fotos del álbum.

Ya desde primera hora damos pedales hacia arriba, con el 24 metido. Disfrutamos de la maravillosa arquitectura medieval (vamos medieval o lo que sea, eso es lo que pone en los carteles para los guiris como nosotros) del pueblo, llegamos a la plaza de Ainsa que va a dar a la plaza principal del castillo. Una vez dejadas atrás las murallas del pueblo ponemos rumbo hacia el aparcamiento, buscando lo verde. En este trayecto nos encontramos con dos hadas del bosque y unos ponys.

Por fin llegamos al verde, y a las primeras de cambio se nos desparrama nuestro guía, Alvarito on the floor, por suerte una caida sin consecuencias, nos echamos unas risas y listo, seguimos hacia delante, y el segundo en sufrir algún percance fui yo. Una rama de zarza-látigo lanzada por perico a 30 m/s impacta en mi rodilla, y me deja un bonito recuerdo, nada del otro mundo para un tío de Siberia como yo. Proseguimos con la ruta, y tras una primera subida bastante asequible, es decir, con todo metido, encaramos la primera bajada. Lencería (como diría nuestro maestro jedi Obi Wan), miccionamos, cámara y listo para grabar a Perico. Grabar a Perico no tiene desperdicio, es el mejor molde que he econtrado, y efectivamente, susto y entra en modo warning o modo economía, estado en el que el antiflou se convierte en su religión, a todo esto nos encontramos a Pablo atorao en uno de los tramos más técnicos de la bajada, un escaloncillo de mierda que le dio miedo al muchacho, yo por supuesto lo hago andando el escaloncillo, y proseguimos la bajada. Era un sendero bastante divertido (en el nombre podrá ayudarme Alvarito, no soy yo mucho de recordar), con un final al filo de la navaja. Como ya se le había pasado el susto a Perico, decidió deleitarme con un salto en el sitio donde existía la peor recepción posible, ya que aquello parecía una piscina de bolas del Chiquipark, pero las bolas eran un pelín más duras y afiladas; así que tras el despegue se le empezó a complicar la cosa nada más tomar tierra, y otra vez en modo warning, modo el cual ya no abandonaría hasta el final de la bajada. Ni que decir que de los NFT solo vimos el polvo en suspensión que quedaba tras su paso. Al final de la bajada nos reagrupamos, y el Páter nos cuenta un curioso método de mover un árbol, se ve que le estorbaba y decidió apartarlo un poco, menos mal que sin consecuencias, solo un dedo un "esoyao" y morado. Primera bajada: sustos, varios, caidas 0.
Ahora toca subir, tras un peluseo para arriba llegamos a la segunda bajada, yo ando más perdido que un chivo en el Hipercor, protecciones y para abajo otra vez. Esta bajada era un poco más amigable, sendero, siempre sendero, muy divertida, y se dejaba llevar, aquí Perico dice que pasa de mi, que no le grabe, que la cámara le da alergia y le saca más gordo, así que me pego al Páter, que en algunos tramos alcanza velocidades de vértigo, pero yo no me voy a despegar. Llegamos a una curva con unas vistas impresionantes de los acantilados erosionado por la acción del agua y del viento, sabemos lo de las vistas porque luego subimos a verlas, ya que desde la bici solo vi un cartel de ¡¡¡¡PELIGRO!!! y una red anticaída de obra que no auguraba nada bueno. La verdad es que daba sustote. Durante esta bajada, cabe destacar que descubrimos lo que sería durante toda la semana nuestro grito de guerra, el canto de un pavo real, bueno, en esta bajada se escuchó de todo, el pobre Genuine iba desconcertado, entre el verdadero pavo real, los falsos pavos reales, el falso perro y el falso gato... aquello debía parecer una granja portatil.
Reagrupamiento y de nuevo subida. La cosa es que la subida me sonaba, y así se lo hice notar a Genuine, a el también ¿sería del año pasado? Pues íbamos cavilando hasta que se dio cuenta que lo que estábamos subiendo no era más que la bajada anterior, la virgen, eso estaba empinaete, pie a tierra y andamos un poquito, que todo no va a ser dar pedales. Seguimos subiendo, habiendo abandonado ya el sendero y adentrándonos en pista-carretera hasta el pueblo de San Vicente, donde disfrutamos de su ermita, su fuente y nos dispusimos a tomar el almuerzo en la pared del cementerio, se estaba de lujo, para no moverse mucho, pero tras 2 bocatas, y soltar un poco de lastre en forma de gas nos dispusimos seguir con la ruta, pero sin antes probar el bordillo de la ermita, bueno, más bien lo probaron Trigeniero, Genuine y Perico, que por lo que se ve ya se le había olvidado el susto en la primera bajada. Trigeniero y Genuine, un 10 en su ejecución, Perico, mmmmm me pareció como cuando alguien se va a tirar del trampolín de cabeza y hace el salto del ángel... pues eso, no tengo más que añadir, la Lyric hizo su trabajo y no pasó nada de nada.


Enfilamos el rumbo para la tercera subida del día, y buscamos la tercera bajada. La última bajada era un continuo sube y baja hasta el momento definitivo, ni veces que le dí al puñetero botoncito de la GoPro, ahora si, ahora no, ahora si, ahora no... Pero llegada la bajada eso no defraudaba a nadie. De repente eso se ponía "empinao de la ostia" y daba a una cresta espectacular, con una ostia de la muerte a la derecha, y un ostión de la muerte a la izquierda, solo había una salida, pero allí se había montado grumo, tírale tu, no tu, tu mejor que te veo valiente. Los primeros valientes que la hicieron del tirón fueron Genunine, Trigeniero y Alvarito. En el lado de las aves de corral nos quedamos el Páter, Pablo, Perico y servidora. El Páter se tira con un estilo half-ride, es decir, un pie en un pedal y el otro a lo patinete, la virgen que miedo que me dio verlo. Mientras tanto, Pablo, Perico y yo hacíamos cálculos con la velocidad del viento, coeficiente de rozamiento, grado de inclinación, tantos cálculos hicimos que les dio tiempo a Genuine y Trigeniero a subir, que decían que ¡¡¡iban a saltar!!! Están locos estos romanos. 
Tras las pertinentes indicaciones de Trigeniero, me armo de valor y le tiro. Solo puedo decir, mama caca, caca gorda, pero se dejaba hacer. Una vez en el bando vencedor me vengo arriba y lanzo unos cuantos improperios a las aves de corral que quedaban, pero al final bajan, hoy vencimos todos, y mira que Genuine y Trigeniero estuvieron a punto de perder su batalla con "el salto" pero al final no pasó nada de nada.
Por fin llegamos a Ainsa, 3 bajadas, 0 caidas, pero todavía tenemos ganas de más, así que metemos todos los bártulos en la furgona y tiramos para la Coasta. Tras un viaje un tanto apretado llevamos al inicio de bajada. Montaje de burras y para abajo. Tras venirme arriba habiendo bajado las Margas, me engancho a Alvarito, ya he cogido el flow, vamos muy rápido, pasándonoslo de miedo, en niño tendrá la muñeca mala, pero no veas como va, llega ese puntito en el que te empiezas a gustar, me lo estoy pasando teta, y de repente... ¡¡¡a dormir!!! Pequeña ostia que me pego, me levanto del suelo con esa sensación de "¿que coño ha pasado aquí?" Veo que la la mitad de la visera del casco está en el camino, la otra mitad ha desaparecido, pero lo primero que noto es que la sobrecarga que tenía en cuello y espalda ha desaparecido, mira, esto es mejor que el fisio, ya lo se para la próxima. Saco la bici del agujero en eso que está el Páter como el furgón de atestados e informes, la bici se ha puesto en modo viaje sola, es decir, con el manillar totalmente girado, lo volvemos a girar y para abajo, antes de que me enfríe y me duela todo, pero en la primera curva.. oh oh, ¿y la palanca esta dorada que estaba aquí? Pues se ve que me va a costar frenar, al final la encuentro y entro en el modo warning de Perico, ya me dejo caer hasta el coche.
Una vez en nuestros aposentos hago recuento de daños: casco partido, manetas dobladas, y rueda tronchada, está bien para una sola caída, así que procedo a bajar a la guarida a arreglar el desaguisado, menos mal que cuento con la inestimable ayuda de Trigeniero, que deja la rueda fina, fina y dejamos todo listo para revista.
Una vez arreglado todo, nos unimos al resto de la expedición, hoy llegaba el coche número 3, y mañana disfrutaremos de un rutón con todos los integrantes de la expedición, cenita y a la cama.
Como conclusión, me quedo que el karma es el karma, y lo que me reí de Perico en las 3 primeras bajadas, me lo devolvió en la cuarta. Así es la vida.


miércoles, 21 de mayo de 2014

Dimitri por el mundo: Zona Zero 2014- El viaje


Pues como hace un año, decidí que allí tenía que ir de nuevo, la visita al paraíso siempre es ansiada, y desde el año pasado no hacía más que pensar en volver a rodar por aquellos dominios norteños, tan distintos a mi tierra adoptiva, a volver a pegarme peonadas de casi 10 horas de bici, para poder conquistar, junto con mis compañeros, todas las bajadas posibles y todas las cumbres alcanzables mediante el pedal.

Tras un sondeo inicial entre todos mis compañeros estaba claro, los NFT iban en masa, Perico y Francis también se unían a la causa y un dubitativo Yorch estaba entre Pinto y Valdemoro deshojando su margarita día a día. Así que lo teníamos claro, nos uníamos al excelente grupo de élite de los Naranjitos Factory Team, y también lo sabiamos, lo íbamos a pasar bien, pero también íbamos a pasar un rato malo por esos cuestones pirenáicos, así que a hacerse con la montura tocaba, dejar de lado tanta carretera y ralilleo, y ponerse serio con mi fiel Crocky Mountain, un jierro de 19 kg forjado en el monte del destino, que de vez en cuando tiene vida propia y decide descabalgar al jinete, así porque sí.

Ya estaba todo listo, día marcado, miércoles 14 de mayo, así que tras un poquito de pedal con mi corcel llegaba el 13 de mayo. Todas las tareas hechas, todos los repuestos comprados, herramientas listas, todo todito todo. Había quedado con Perico en que me iba a traer su buga, que tenía bola, y así podríamos ir más cómodos los 3 habitantes del coche. Lo recibo y tras recoger el coche, y de vuelta a mi casa, me llama Perico diciendo que Francis se echa para atrás, que vuelva para dejar el coche y nos vamos con el mio que gasta menos, trastoque de planes de última hora, normal, esto no nos puede salir a la primera jajajaja. Por cierto, ya te vale Francis (sin acritud jajaja).

14 de mayo de 2014, el día se despierta con normalidad, compra de viandas de última hora, desmontaje del Pichachu y carga del mismo, recogida de Perico fijada a las 14:30. Es llegar a casa de Perico y el primer sobresalto, la pantalla del ordenador de abordo del Picachu palma, viaje de 2000 km sin telemetría, tampoco es que sirva de mucho, pero lo justo para desconcentrarme durante el primer stint del viaje. La estrategia estaba trazada, 1 parada, stint largo con neumáticos duros, y una segunda parte con neumáticos blandos y cambio de piloto.

Todo el viaje transcurría con normalidad, recortándole poco a poco kilómetros al coche número uno de los NFT, el coche numero dos de los NFT, o sea el nuestro, estaba a unos 40 km de distancia hasta que llegamos a mi bestia negra, cruzar Madrid. Confiaba en que mi copiloto me llevara por el buen camino, pero cuando tomé el desvío de la M50, le pareció buena idea ponerse a hacer fotos con el movil, con la correspondiente distracción desus quehaceres y terminando de cabeza en la M40 cerca de Usera. Tras tomar de nuevo el rumbo correcto y perder una preciosa media hora de viaje proseguimos hasta Zaragoza, donde hacemos la parada y ya del tirón hasta Ainsa. Durante la 2ª parte del viaje no hubo novedad, salvo que mi copiloto, ahora piloto, en el anterior stint se quejaba de mi lentitud, pues el señor creyó que ir a 90 km/h era la mejor manera de conservar gomas, una estrategia conservadora que a la postre nos condenó a ni siquiera poder luchar con el coche número 1.

Son las 10:30 de la noche y acabamos de llegar a Ainsa, la ciudad medieval, como siempre no defrauda, su silueta en la oscuridad de la noche es espectacular, portentosa, es como si entraras en otra dimensión. Descargamos el Picachu y allí nos saludan Alvaro Páter, Alvarito, Pablo, Jesús KTM y Javi KTM. Una vez acomodados en nuestros aposentos nos ponemos a cenar contándonos mil anécdotas, chistes y recuerdos del año pasado. Un broche del día espectacular.

Vamos a la cama que mañana hay que debutar y darlo todo.