viernes, 6 de junio de 2014

Dimitri por el mundo: Zona Zero 2014- Round 1


Tras una plácida noche aderezada con los sonidos guturales del Páter, y el crujir de lamas de la litera de Genuine, suena el toque de diana. Hoy si que sí, hoy debutamos. Tras un mes de adaptación a mi borrico, hoy daríamos las primeras pedaladas por el paraiso.
Nos levantamos y vamos directamente al comedor a ingerir todo producto alimenticio posible. Tras una tanda de tostadas, regadas con un excelente aceite de Baena, y acompañadas por el brebaje típico, un Colacao calentico, nos disponemos a la realización de lo que sería la comida del día. Aquí me doy cuenta que soy un aficionado, yo con mi triste bocadillo de salchichón, mientras que Alvarito, Pablo, Genuine y Trigeniero se hacían unos maravillosos bocadillos de atún con tomate natural; chorizo, queso y tomate... Vamos ríete tu del Top Chef este. Después de presenciar esta maravilla gastronómica, bajamos a la bodega a por las bicicletas, subimos el primer puerto del día, las escaleras de la bodega. Una vez en la calle, engrasamos las bicis y hacemos las primeras fotos del álbum.

Ya desde primera hora damos pedales hacia arriba, con el 24 metido. Disfrutamos de la maravillosa arquitectura medieval (vamos medieval o lo que sea, eso es lo que pone en los carteles para los guiris como nosotros) del pueblo, llegamos a la plaza de Ainsa que va a dar a la plaza principal del castillo. Una vez dejadas atrás las murallas del pueblo ponemos rumbo hacia el aparcamiento, buscando lo verde. En este trayecto nos encontramos con dos hadas del bosque y unos ponys.

Por fin llegamos al verde, y a las primeras de cambio se nos desparrama nuestro guía, Alvarito on the floor, por suerte una caida sin consecuencias, nos echamos unas risas y listo, seguimos hacia delante, y el segundo en sufrir algún percance fui yo. Una rama de zarza-látigo lanzada por perico a 30 m/s impacta en mi rodilla, y me deja un bonito recuerdo, nada del otro mundo para un tío de Siberia como yo. Proseguimos con la ruta, y tras una primera subida bastante asequible, es decir, con todo metido, encaramos la primera bajada. Lencería (como diría nuestro maestro jedi Obi Wan), miccionamos, cámara y listo para grabar a Perico. Grabar a Perico no tiene desperdicio, es el mejor molde que he econtrado, y efectivamente, susto y entra en modo warning o modo economía, estado en el que el antiflou se convierte en su religión, a todo esto nos encontramos a Pablo atorao en uno de los tramos más técnicos de la bajada, un escaloncillo de mierda que le dio miedo al muchacho, yo por supuesto lo hago andando el escaloncillo, y proseguimos la bajada. Era un sendero bastante divertido (en el nombre podrá ayudarme Alvarito, no soy yo mucho de recordar), con un final al filo de la navaja. Como ya se le había pasado el susto a Perico, decidió deleitarme con un salto en el sitio donde existía la peor recepción posible, ya que aquello parecía una piscina de bolas del Chiquipark, pero las bolas eran un pelín más duras y afiladas; así que tras el despegue se le empezó a complicar la cosa nada más tomar tierra, y otra vez en modo warning, modo el cual ya no abandonaría hasta el final de la bajada. Ni que decir que de los NFT solo vimos el polvo en suspensión que quedaba tras su paso. Al final de la bajada nos reagrupamos, y el Páter nos cuenta un curioso método de mover un árbol, se ve que le estorbaba y decidió apartarlo un poco, menos mal que sin consecuencias, solo un dedo un "esoyao" y morado. Primera bajada: sustos, varios, caidas 0.
Ahora toca subir, tras un peluseo para arriba llegamos a la segunda bajada, yo ando más perdido que un chivo en el Hipercor, protecciones y para abajo otra vez. Esta bajada era un poco más amigable, sendero, siempre sendero, muy divertida, y se dejaba llevar, aquí Perico dice que pasa de mi, que no le grabe, que la cámara le da alergia y le saca más gordo, así que me pego al Páter, que en algunos tramos alcanza velocidades de vértigo, pero yo no me voy a despegar. Llegamos a una curva con unas vistas impresionantes de los acantilados erosionado por la acción del agua y del viento, sabemos lo de las vistas porque luego subimos a verlas, ya que desde la bici solo vi un cartel de ¡¡¡¡PELIGRO!!! y una red anticaída de obra que no auguraba nada bueno. La verdad es que daba sustote. Durante esta bajada, cabe destacar que descubrimos lo que sería durante toda la semana nuestro grito de guerra, el canto de un pavo real, bueno, en esta bajada se escuchó de todo, el pobre Genuine iba desconcertado, entre el verdadero pavo real, los falsos pavos reales, el falso perro y el falso gato... aquello debía parecer una granja portatil.
Reagrupamiento y de nuevo subida. La cosa es que la subida me sonaba, y así se lo hice notar a Genuine, a el también ¿sería del año pasado? Pues íbamos cavilando hasta que se dio cuenta que lo que estábamos subiendo no era más que la bajada anterior, la virgen, eso estaba empinaete, pie a tierra y andamos un poquito, que todo no va a ser dar pedales. Seguimos subiendo, habiendo abandonado ya el sendero y adentrándonos en pista-carretera hasta el pueblo de San Vicente, donde disfrutamos de su ermita, su fuente y nos dispusimos a tomar el almuerzo en la pared del cementerio, se estaba de lujo, para no moverse mucho, pero tras 2 bocatas, y soltar un poco de lastre en forma de gas nos dispusimos seguir con la ruta, pero sin antes probar el bordillo de la ermita, bueno, más bien lo probaron Trigeniero, Genuine y Perico, que por lo que se ve ya se le había olvidado el susto en la primera bajada. Trigeniero y Genuine, un 10 en su ejecución, Perico, mmmmm me pareció como cuando alguien se va a tirar del trampolín de cabeza y hace el salto del ángel... pues eso, no tengo más que añadir, la Lyric hizo su trabajo y no pasó nada de nada.


Enfilamos el rumbo para la tercera subida del día, y buscamos la tercera bajada. La última bajada era un continuo sube y baja hasta el momento definitivo, ni veces que le dí al puñetero botoncito de la GoPro, ahora si, ahora no, ahora si, ahora no... Pero llegada la bajada eso no defraudaba a nadie. De repente eso se ponía "empinao de la ostia" y daba a una cresta espectacular, con una ostia de la muerte a la derecha, y un ostión de la muerte a la izquierda, solo había una salida, pero allí se había montado grumo, tírale tu, no tu, tu mejor que te veo valiente. Los primeros valientes que la hicieron del tirón fueron Genunine, Trigeniero y Alvarito. En el lado de las aves de corral nos quedamos el Páter, Pablo, Perico y servidora. El Páter se tira con un estilo half-ride, es decir, un pie en un pedal y el otro a lo patinete, la virgen que miedo que me dio verlo. Mientras tanto, Pablo, Perico y yo hacíamos cálculos con la velocidad del viento, coeficiente de rozamiento, grado de inclinación, tantos cálculos hicimos que les dio tiempo a Genuine y Trigeniero a subir, que decían que ¡¡¡iban a saltar!!! Están locos estos romanos. 
Tras las pertinentes indicaciones de Trigeniero, me armo de valor y le tiro. Solo puedo decir, mama caca, caca gorda, pero se dejaba hacer. Una vez en el bando vencedor me vengo arriba y lanzo unos cuantos improperios a las aves de corral que quedaban, pero al final bajan, hoy vencimos todos, y mira que Genuine y Trigeniero estuvieron a punto de perder su batalla con "el salto" pero al final no pasó nada de nada.
Por fin llegamos a Ainsa, 3 bajadas, 0 caidas, pero todavía tenemos ganas de más, así que metemos todos los bártulos en la furgona y tiramos para la Coasta. Tras un viaje un tanto apretado llevamos al inicio de bajada. Montaje de burras y para abajo. Tras venirme arriba habiendo bajado las Margas, me engancho a Alvarito, ya he cogido el flow, vamos muy rápido, pasándonoslo de miedo, en niño tendrá la muñeca mala, pero no veas como va, llega ese puntito en el que te empiezas a gustar, me lo estoy pasando teta, y de repente... ¡¡¡a dormir!!! Pequeña ostia que me pego, me levanto del suelo con esa sensación de "¿que coño ha pasado aquí?" Veo que la la mitad de la visera del casco está en el camino, la otra mitad ha desaparecido, pero lo primero que noto es que la sobrecarga que tenía en cuello y espalda ha desaparecido, mira, esto es mejor que el fisio, ya lo se para la próxima. Saco la bici del agujero en eso que está el Páter como el furgón de atestados e informes, la bici se ha puesto en modo viaje sola, es decir, con el manillar totalmente girado, lo volvemos a girar y para abajo, antes de que me enfríe y me duela todo, pero en la primera curva.. oh oh, ¿y la palanca esta dorada que estaba aquí? Pues se ve que me va a costar frenar, al final la encuentro y entro en el modo warning de Perico, ya me dejo caer hasta el coche.
Una vez en nuestros aposentos hago recuento de daños: casco partido, manetas dobladas, y rueda tronchada, está bien para una sola caída, así que procedo a bajar a la guarida a arreglar el desaguisado, menos mal que cuento con la inestimable ayuda de Trigeniero, que deja la rueda fina, fina y dejamos todo listo para revista.
Una vez arreglado todo, nos unimos al resto de la expedición, hoy llegaba el coche número 3, y mañana disfrutaremos de un rutón con todos los integrantes de la expedición, cenita y a la cama.
Como conclusión, me quedo que el karma es el karma, y lo que me reí de Perico en las 3 primeras bajadas, me lo devolvió en la cuarta. Así es la vida.